jueves, 30 de mayo de 2013

Espacio Literatura y Pensamiento.

Literatura y pensamiento: La vida, su sentido...



Cómo conocer lo que hay de verdad en ella. 



Entre tanta realidad y tanta existencia de cosas a nuestro alrededor, ¿cómo podemos despojarle al sentido de la vida de todo cuanto, en tanto que supérfluo, lo envuelve; como quien al sacudir un hogar le arranca el color de sus paredes, los muros ciegos y sus adornos y subyace únicamente la estructura, el techo, la puerta del vecino amigable y los miembros de esa familia que dormitan entre cálidas pieles y abrazados, provistos de un cobertor de cariño?

Pues se me ocurren dos realidades que siempre dan sentido a la vida: Tiempo y Espacio. Y entre ellos, interactúa el cambio. Cambio, siempre en continuo movimiento que forja realidades concretas susceptibles de cambio. Así, principio y fin se dan la mano en continua relación eterna. Por eso, todo es resultado de una constante suma del pasado, su cambio como revelación de una existencia.


¿Es posible caminar en el tiempo? 
Por supuesto. Somos presente y éste es el pasado más el cambio. 

¿Dónde radica la verdadera importancia del tiempo?
 En esta ecuación.




¿Cómo surge la vida?
Formación de una molécula 
 
(Inicio) 0----------- cambio ------- cambio ---------cambio----------cambio ---------- (molécula)

El cambio a lo largo del tiempo construye realidades. 
En este punto, el espacio también influye y las realidades que contiene.

¿Qué es el espacio?
Es el soporte del cambio.

Cuando la coincidencia espacial y temporal se hace propicia, la vida se abre paso.

Por lo tanto, las realidades existen como las percibimos incrementándole la variable del cambio, y éste, inmerso en la probabilidad de la coincidencia. Todos somos movimiento que cambiamos constantemente, nuestras células, nuestro organismo, en constante cambio. Así, el hecho de que nuestras hormonas crezcan improvisadamente en un contexto externo concreto y nos haga actuar de determinada forma, influye en el entorno y el entorno en nosotros, en recíproca causa/consecuencia. Así, la unión temporal de ida y vuelta al pasado está en nosotros de forma constante, con carácter necesario para el cambio.

¿Podemos influir en el cambio?

Se puede, pero para ello hay que saber sumar.

Todos tenemos la capacidad para ver los números y la capacidad para sumar, pero no todos lo consiguen.

La Metafísica y sus estudios siempre han tratado de resolver la polémica del conocimiento, ¿Qué es real y qué es apariencia? ¿Cómo hallar la realidad verdadera?

Ante esta polémica, se establecen dos paradigmas que se distinguen y que son necesarios para hallar respuestas. 

Conocimiento = Ontología (realidad) y Epistemología (conocimiento de esa realidad).

En sus múltiples teorías se barajan dos actitudes en el sujeto cognoscente, lo que puede llegar a conocer y lo que llega a conocer. 

Generalmente la búsqueda de conocimiento y el modo en que lo hallamos influye en lo que conocemos. Si buscamos el sentido a la vida desde nuestro yo individual en un mundo que desde su origen se ha ido formando con el tiempo, los cambios constantes y la relación inter-conexa existente entre todas las partes que lo envuelven en el espacio provocando cambios inesperados, hallar una realidad estática e individual resultaría excluyente, estaríamos ante una búsqueda baladí y ante un modo de conocimiento imperfecto y erróneo. 

Las realidades deben contener las características de necesidad y universalidad. Y, aunque la idea de reducir la vida y su sentido a tiempo y espacio pueda parecer una pequeña verdad, conocer poco verdadero es más conocimiento que conocer muchas cosas inciertas. 


Ahora, bien, los filósofos advierten que un pensamiento certero que carece de afabilidad no se convierte en certeza.

Para aclarar nuestras cuestiones, ¿qué es la vida y cuál su sentido en cada ser? llegar a conocer el grado de realidad reduciendo la vida y su sentido a la realidad del tiempo y el espacio con la necesidad de cambio y la participación de la coincidencia puede resultar complejo. Aunque si relacionamos estos paradigmas metafísicos desde la analogía de que la vida es tiempo, espacio, cambio y azar, ontológicamente serían realidades más afables. Pero, llegar al conocimiento de que eso es vida desde la conexión de los 4 conceptos, resulta algo más escabroso de mencionar. Pero así es.


¿Qué es la vida? 

 Para responder a esto, sabiendo que es tiempo y espacio inmerso en las variables imprecisas del cambio, más las interferencias de una variable que radica en la coincidencia, la ecuación antes expuesta podría no ser objeto de autocontrol, sin embargo, teniendo en cuenta el proceso que se requiere en la obtención de conocimiento que la Metafísica propone es, se podría: conocimiento = ontología + epistemología.


Por lo tanto, para conocer qué es la vida y su sentido, hay que saber sumar y además, explicarlo.

La imagen es un buen método para compartir conocimiento y pensamiento, pero la idea de la realidad de vida como la suma de los cambios dividida entre el tiempo menos el espacio es más complejo de verbalizar en palabras. La imagen de la alegoría con la suma está muy clara en mi pensamiento, pero cómo explicarla.

¿Cómo convertir esa suma de la vida en un concepto general explicándolo con palabras?

A pesar de haber especificado el origen de la vida a través del tiempo y el espacio, sin los cuales, junto con la coincidencia de cambio oportuna no se hubiera dado, hace falta hallar el sentido de la misma, que según parece es la vida en sí. Pero cómo convertirlo en verbo.

Pues pensaba que era árdua tarea imposible. Nombrar cómo llegar al conocimiento de la vida y su sentido sería descubrir la piedra filosofal, el secreto mejor guardado por la humanidad y sólo predecible a partir de la humanidad misma en su conjunto. ¿Cómo sumar pensamiento + pensamiento de todos los seres de todos los tiempos y de cada rincón del espacio para obtener la respuesta? 

Ma parecía algo inabarcable, el inefable Aleph de Jorge Luís Borges que solo él supo expresar. Se me antojaba imposible. Sin embargo, hoy sé que es posible. 

 
"Caminando por un parque cercano a la costa, a lo lejos vi un niño corriendo en pos de una mariposa, embelesado en su idea de cogerla y alentado porque el torpe vuelo del mísero insecto le ofrecía grandes probabilidades de lograrlo. Así, el niño se encaminaba hacia el precipicio de riscos que bordeban el mar. De modo que me precipité con tanta prisa para evitar la desgracia que tropecé y caí de bruces contra la tierra seca. El muchacho, al oir mi torpeza y verme tendida allí cuan larga era, se detuvo de golpe, de modo que se paercartó del peligro y la mariposa huyó."

Una vez más, la coincidencia espacio-temporal de mi paseo, salva la vida del niño, de la mariposa y el sentido de mi vida cambia. El sentido de mi vida entonces se suma al anterior y permite un presente concreto de mi vida necesario para lo que tuvo que ocurrir después. Pero antes de continuar, veamos:

Analizando esta coincidencia temporal, el chico, que tiene la capacidad de ver los números, que son las realidades que le rodean, y la capacidad para cambiar, no podemos saber qué busca de todo eso y cómo lo busca. Por lo tanto, en esa coincidencia espacio temporal, el niño podrá, posteriormente, sumar su pasado si la próxima vez que vea una mariposa advierte de las consecuencias posibles de quitarle la vida y de poner en peligro la suya misma. O tal vez, el niño vea los números y la operación pero no atienda o no le importe saber sumar, quizás piense que el sentido de la vida sea que siempre alguien evitará nuestras caidas, o a lo mejor valora más la vida ajena a partir de entonces, aunque sea la de un insecto, o desde ese momento esté más alerta a la gente que le rodea para ayudarla en momentos de necesidad.

Espacio y tiempo construyen realidades, los seres vivos se retroalimentan de ocasiones y de creación de realidades, esa coincidencia espacio-temporal produce cambios que dependen en última instancia del sujeto pensante y sus actos; su modo de conocer impulsa búsquedas de conocimiento que le producen cambios. 

Por ello, el modo en que buscamos es un factor que puede influir en lo que conocemos y depende de nosotros. 

Advertir la vida y su sentido excluyendo la realidad de cambio y coincidencia o la idea de cambio y tiempo cuando buscamos un conocimiento, es errar en el método. 

La vida, nace de esos preceptos, y estos conceptos afables lo mueven todo. El pasado y el futuro se dan la mano posibilitando el traslado de uno a otro, eso es lo que nos mueve al cambio. ¿Lo que vive produce muerte?, ¿la idea de viajar en el tiempo? ... Nos reservamos para otra futura edición.

Una vez más la coincidencia espacio-temporal se hace presente, pero, ahora, después de valorar lo que sucedió después de salvar al chico, me surge la duda, ¿Yo pasé por ahí para evitar el peligro del niño, o el niño se puso en peligro para que yo permaneciese en tierra en ese preciso momento?

"Cuando me vi tirada en el suelo, el muchacho me miró condescendientemente, rebajándome al nivel más absurdo que puede sentirse un adulto bajo los ojos de un niño. Su mirada me ridiculizó unos instantes antes de marcharse. Y ahí estaba yo, con la cara llena de tierra y sin saber de qué color ponerme, cuando una ráfaga de polvo se aglutinó a una espiral de viento que arrastraba hacia mí un manojo de hojas secas y los envoltorios de algunas golosinas. Entre la suciedad que envolvía, un papel se hizo notable, que giraba y giraba entre el resto de basura movida por la corriente de aire. Se quedó aprisionado entre las ramitas de un arbusto perdiendo con ello la oportunidad de proseguir su camino sobre el remolino. Un empujón más trajo el pliego hasta mí. Estiré la mano y lo cogí."

Leerlo me llevó de nuevo a un momento de cambio. Sus letras me hicieron conocer el verdadero significado de las palabras, su poder. Entonces diferencié que algunas no alcanzan para nombrar realidades verdaderas, como la vida y su sentido, porque han sido creadas para lo cotidiano, para observar la suma sin verbalizarla. Sin embargo, hay otras que son sublimes, palabras nobles, capaces de tocar el significado que da sentido a la vida. 

Estas palabras existen en la ficción, en la Literatura, la idea de literareidad en un texto se manifiesta en una composición de palabras espacio-temporales que se proveen de acciones cambiantes y que interactúan para retroalimentar su propio sentido, su afabilidad. Así supe que la vida y su sentido, en tanto que tiempo, espacio, con la inclusión de coincidencia conexa, dan lugar al cambio y nuevas realidades, y eso es la vida, una red.


Por algún motivo, en aquél momento y en ese lugar, tomé en mis manos el papel, lo desplegué y lo leí:

"Una sombra se cierne sobre sus párpados y bajo ellos, una lluvia de abruptas imágenes se suceden para desgarrarle atropelladamente los recuerdos que, desde su infancia, aun perviven en el extremo inferior más afilado de delimita su viejo y cansado corazón.

Al momento, el sol despega de las profundidades de mar abierto, que sostiene de un azul ceniza el horizonte. Al tiempo que el despertador le arranca de un suspiro de su mundo onírico, los rayos fustigan con empeño la piel que envuelve sus ojos. 

Entre ambas secuencias de sueño y vigilia que desvirtúan su realidad degradándola al difuminio, todavía queda tiempo para el análisis. Antes de romper el aire con un bostezo, aun en trance, trata de recuperar su sueño. En el reloj de su mesilla, la hora que se ilumina en unos dígitos intensos de color rojo le conceden una tregua. Así pues, medio despierto medio dormido, retoma de entre sus angustiosas sensaciones un poco de claridad objetiva. Mientras tanto, el pálpito atropellado de sus latidos por el terror vivido segundos antes, buscan calma con el sosiego de caricias depositadas en su fiel perrito, que permanece dormido junto a él. Entre ternuras y mimos consigue instalarse de nuevo en las imágenes de su pasado. 

En cada cúmulo de sensaciones vividas se refleja una angustia pavorosa que da sentido a la ficción de sus sueños. En cada uno se percata del camino de ida y vuelta que le alejan de su infancia, de su origen. El peso de la evolución latente en sus huellas, la presencia del cambio, le hacn dudar a ratos de si realmente es un espejismo de sí mismo o un impostor de su pasado. 

Y si este es él, ¿quién es aquél otro?"

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La vida es una enorme red de tiempo y espacio que interactúa con el resto, sabernos sin el todo, olvidar el factor temporal o las realidades que nos rodean en el espacio, nos hacen errar. Tanto la mariposa, como el peligro, como el arbusto, como el soñador que lucha con su pasado, forjan nuestro presente, nuestras vida, la realidad de nosotros mismos, olvidar eso, y no admitir que estamos cambiando al tiempo que lo pensamos, es negar la vida. 
_ ¿El sentido de la vida?
_ [...]                                

Admitir ese espacio que es la red y saber admitir que estamos de paso parcial por ella, con un proceso de transición con el que influímos de forma inequívoca e irremediable en la creación de realidades nuevas, cambiantes; Es un proceso temporal de pasado a futuro que se unen como principio y fin de una linea distinta en cada punto del espacio y siempre la misma, como nacer y morir; la coincidencia crea y destruye, cambia la vida, es el caos. El cambio y el modo de cambio puede inferir, y si el modo es correcto y buscamos la verdad, la ecuación se despeja equitativamente con el cosmos que aportan nuestros actos, que son la variable esencial. 



La vida, por tanto, es ese equilibrio, de ahí la felicidad y su sentido. 

La literatura y su ficción es un modo de conocerla y darle sentido, un fenómeno real que enriquece el modo de conocer su correcta búsqueda.



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Esta publicación, que contiene un matiz de ficción y otro filosófico, va dirigida a todas a quellas personas que buscan continuamente y en su búsqueda radica la vida cambiante y feliz. 

Sobre todo, a Teresa por proponerlo y a Erick por formar parte íntegra de mi vida y su sentido en el tiempo y en el espacio, en la coincidencia temporal y el cambio que cada día forja nuevas realidades en este Nuevo Mundo suyo y mío en el que caben el resto de personas y las múltiples y variadas realidades que a su vez también lo alimentan.